La luna se vuelve neblina en la madrugada. –¡Va a llover! Gritan los sembradores. Y en la tarde las nubes tienen color de lluvia El río se retorcía como culebra herida; una sombra extraña caminaba sobre sus aguas. Si llevan agua son ríos. Si no, son caminos. Hoy el agua nace a borbollones en mi corazón. Me baña la frescura de un canto.