El hombre por naturaleza se ha considerado como un ser social, es decir, requiere de interactuar con otros para tener una vida sana y plena. Podría vivir solo y ser autosuficiente en temas de recursos; no obstante, está demostrado que nos ayuda a ser más productivos y eficientes si hacemos tareas en equipo o tenemos interacción con otras personas de forma regular.